18/4/17

Del Lunfardo-Nota I

Mina
La MINA es la mujer y es quizá la palabra que tenga más cantidad de sinónimos y derivados. Es también la palabra más usada en la poesía y el tango lunfa por muerte. Yo me tomé el trabajo de hacer una estadística y MINA ganó por varios cuerpos.
"MINA que te manyo de hace rato" dice el tango. La palabra procede del italiano jergal y en un principio parece ser que se le decía MINA porque su explotación podía dar mucha guita, pero con el tiempo se generalizó y la MINA pasó a ser la mujer sin connotaciones peyorativas.
Felipe Fernández "Yacaré" en uno de sus poemas dice:
Yo a la MINA le bato: paica, feba, catriela,
percanta, cosa, piba, budín o percantina,
chata, bestia, garaba, peor es nada o fémina,
cusifai, adorada, chiruza, nami o grela.
Martina Iñiguez afirma:
Lo bueno de ser MINA es esa fiesta
de vida que en el cuerpo nos palpita
y el dulce deshojar la margarita
del si y el no frente a la especie opuesta
Es el gozar ser madre a toda orquesta
y esa virtud innata, sibarita
de escamotearle al choma fuerza y guita
y en lo que da, manyar lo que le cuesta.
También saber que lo que al punto irrita
es nuestra pretensión, loca, funesta
de no pisar el palo a lo chorlita
Les jode que tengamos en la testa
tal gama de placeres, ¡infinita!
aunque llevemos la bombacha puesta.
Y de ahora en mas escucharemos a varias MINAS que han aportado lo suyo al tango.
Y de aquella mina explotada a la mina de hoy ha corrido mucha agua bajo el puente.
Escuchemos otro soneto de Martina Iñiguez, mina contemporánea en que con mucha ironía pone en evidencia la desconsideración del hombre para con la mujer y también la preocupación femenina por el parecer antes que el ser.
Por eso que llamamos "la presencia"
las minas nos biabamos por demás
con liftings, siliconas sin la anuncia
de la busarda que no embucha más.
Y pronto nos amura la prudencia
tras la belleza, pretensión fugaz,
que se nos pianta sin benevolencia
con su diquero pedigré falaz.
Esa preocupación por la apariencia
responde a una razón tal vez procaz:
y es que los puntos tiene la tendencia,
lo mismo el timorato que el audaz,
de empezar a evaluar la inteligencia,
después que revisaron lo demás.
El lunfardo es tan rico que puede definir con más precisión que el mismo castellano, edad, condición social, características físicas etc. de la jermu.
Cuando una mujer nace decimos que nació una "chancleta" y así definimos el sexo de la criatura.
Con el tiempo es una "gurrumina" (chica jovencita menor de edad), "mocosa", "piba", una "pebeta" (puede ser una niñas que andan alrededor de los quince), una feba (jovencita que es una diosa) y en cuanto va entrando en kilos ya se puede vislumbrar si va a llegar a ser un "budín" (mujer joven y hermosa), un "biscuit", una "papa", una "papusa" o una "papirusa", todas acepciones que se usan para nombrar a la mujer hermosa que está como para comérsela.
Los porteños hemos inventado palabras y palabras para homenajear a la mujer hermosa y ante la belleza desbordante de algunas, nos quedamos mudos, como estúpidos (como estúpidos que somos).
En la historia hubo minas que se destacaron por su hermosura y más de uno por ellas perdió la zabeca y gracias a ese don que Dios les dió algunas supieron explotarlo económicamente y llegado el momento, hicieron temblar a los jueces que la juzgaron, tal el caso de "Frine" a la que describe con singular inteligencia otra mujer: Nidia Cuniberti.
Y en el soneto encontramos varias de las palabras que hoy nos ocupan "percanta", "mina", "papusa", "budín", "loros barranqueros". Ya ven las vueltas que puede tener la MINA.
Todo el que la embrocaba gritaba ¡Dequerusa!
porque solo mirarla te quitaba el aliento
y si bien era un poco tirando a rantifusa
ninguna otra PERCANTA acumuló más vento.
Porque fue MINA rana además de PAPUSA
nada de mucho mimo o de amoroso acento,
al diablo con el pobre poeta contamusa,
venga el tipo de guita, que ya después te cuento.
Friné, BUDIN beocio, de puro casquivana
los jueces carcamanes dispusieron tu cana
pero con tus encantos hiciste tabla rasa.
Los pobres viejos verdes al junar tu belleza
recordaron de golpe con dolor de cabeza
los LOROS BARRANQUEROS que tenían en casa.
La MOCOSA llamada más cariñosamente MOCOSITA es una "chiquilina inocente y cándida". Lo de MOCOSITA viene de aquello de ser tan inexperta de no saber siquiera limpiarse los mocos. El tanguero mas de una vez a su jermu le decía mocosita aunque ya hubiera pasado la época.
Los añitos pasan y la nena es ya una "chuchi" (mujer bonita), una "muchacha" (mujer entrada en la mocedad), una "guaina" (mujer candorosa, virginal) una "mujica", un "mosaico", una "naifa", una "sofaifa", una "percanta", una "potranca" y puede ser una "bomba", o un "bagayo", una "lora", un "queso".
Es curioso que cuando alguien quiera hablar mal de una mujer diga que es una yegua,siendo que la yegua es simplemente la hembra del caballo y en ningún momento se le adjudica maldad alguna, sin embargo cuando quiere destacar la belleza de una pebeta le dice cariñosamente "potranca" o "potrilla", y cuando admite que ya es una mujer hecha y derecha con toda la polenta la llama "potra". La potranca marca una edad y una condición.
Te lo bato pa´que entiendas
en esta jerga burrera
que vos sos una POTRANCA
para una penca cuadrera
y yo -¡ché vieja!
ya he sido relojeao p´al Nacional.
NAIFA es una acepción más de mujer, Chiappara dice que es "una mina requetebuena...chiquilla traviesa y muy avispada". Que no es nada sonsa y que suele rechiflarse, lo demuestra Julián Centeya en el soneto que justamente tituló "La rechiflada".
Siempre te rechiflás. Por cualquier cosa
la broncás y te da por el ataque.
Una cheno cualquiera con un saque
te vi´a dejar de cama bien mormosa.
Ya no te aguanto más, María Melato,
esgunfio como estoy le doy un corte,
buscate urgentemente quien soporte
tu neurastenia en gris. ¡Este es mi trato!
La NAIFA lo escuchó y dulcemente
le clavó la mirada frente a frente
poniéndole una noma en la cabeza.
Con un hilo de voz, sin espamento,
le dijo al breón que andaba en movimiento:
Andá chabón... barreme bien la pieza.
El físico queda definido perfectamente si la mina es un "ropero", como podría ser Maria Marta Serra Lima, un "camión", o una "potra", como,... digamos,... Moria Casán.
Cuando una mujer es elegante y seductora se la denomina "faifa".
La "grela", "garaba" o "naifa" es, con pequeñas diferencias, casi lo mismo. En todos los casos es sinónimo de mujer pero la grela es segun Chiapara "la mina del suburbio, medio rantifusa en el sentido de abolengo bajo, pero que se diplomó de canchera "justo a los dieciocho abriles".
Pero como pasa con muchas palabras los lunfardólogos no siempre se ponen de acuerdo y en este caso un erudito como Mario Reruggi declara "no tener pruebas sobre el origen, pero recuerda que en gallego "grela" significa coneja y figurativamente, mujer muy fecunda.
La "garaba" es una mina explotada por el caralisa y la "naifa" es una pendeja medio desvergonzada y querendona.
Guarnieri en su "Diccionario del lenguaje rioplatense" define a la GRELA como "Mujer explotada por un caralisa", o sea sinónimo de garaba. ¡Estos lunfardólogos nos van a volver locos! (Si ya no lo estamos).
Cuando al limonero se le empiezan a caer las hojas y los años van deteriorando el andamiaje la mina pasa a desmejorarse ante los ojos del macho exigente y la empieza a ver como un "bagre", un "lorenzo", un "loro barranquero", un "mono", un "mueble", un "queso".
Si la mina es querendona, aficionada al mimo, decimos que es una "faifa" o "sofaifa" que pertenece al "bramaje", esto la define como fácil para el amor. Si la mina es una estirada que dice habitar el inexistente Barrio Norte es una "concheta".
Y podríamos seguir con la MINA durante varias audiciones, pero por hoy dejamos a la MINA en paz. Solo nos resta agradecerles a las "papas", "papusas", "papirusas", a las "chuchis", a las "bombas" y a las "minonas" la paciencia que han tenido al escucharlo y si por ahí, por casualidad nos sintonizó algún "bagayo" sepa que no existe la mujer fea porque como decía muy bien aquella canción que sabían cantar los gallegos.
"Traigame una mujer fea que por muy fea que sea yo le veré algo bonito". 

(Extracto del Artículo publicado en la Revista CLUB DE TANGO Nro. 44 - Lunfardeando, por Oscar Himschoot)

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